REFLEXIONES Y BALANCE DE FINAL DE AÑO
Empezamos
el año con planes, ilusiones, expectativas que a medida que avanzamos, y debido
a las circunstancias pueden ir cambiando, ya sea porque la vida se va
encargando de llevarnos por otros caminos, las prioridades cambian o
simplemente porque nos propusimos metas fuera de nuestro alcance, así que
debemos hacer ajustes sobre la marcha con el fin de alcanzar nuestro cometido.
Todo
en la naturaleza está en constante transformación, incluidos los seres humanos,
por eso ninguno de nosotros es la misma persona que empezó el 2019 y aunque para
algunos pudo haber sido un año tranquilo, sin mayores sobresaltos, para otros pudo
ser una montaña rusa de emociones, ya depende de cada uno aprovechar todo lo
vivido para su desarrollo personal y evolución, que al fin y al cabo es de lo
que se trata la vida.
Cuando
miramos las vivencias de este año, que casi termina, nos damos cuenta que hemos
cambiado debido a los aprendizajes que tuvimos, a las personas que se cruzaron
en nuestro camino, a quienes entraron o salieron de nuestra vida que de uno u
otro modo enriquecieron nuestra experiencia dándole, muchas veces, otro
significado a nuestro existir.
Tal
vez lo más importante al concluir el balance del año es el agradecer todo, absolutamente todo: lo vivido, lo no vivido, lo que
pasó o no pasó, las lágrimas, tristezas, sonrisas, alegrías, salud, enfermedad,
decepciones, los logros, las pruebas superadas, los retos que tenemos
pendientes y que nos dan el impulso para seguir adelante, porque nos hemos
acostumbrado a quejarnos, a lamentarnos, nos amargamos por detalles tan
insignificantes que no nos permiten ver lo afortunados que somos, porque estamos
siempre pensando en lo que nos falta, en
lugar de agradecer y disfrutar lo que tenemos.
Este
año he tenido la oportunidad de escuchar historias de vida realmente fuertes
que me han hecho reflexionar sobre la forma en que nosotros mismos devaluamos
lo que somos o tenemos al compararnos con otros, obviamente con los que “aparentemente”
están mejor que nosotros, sin darnos cuenta que tenemos todo para ser felices, el
asunto es que posponemos o condicionamos esa felicidad a eventos o situaciones
a futuro olvidándonos de vivir el presente.
Lo
vivido mientras transitábamos este año nos ha forjado y transformado en quienes
somos hoy en día, entonces al hacer el balance analicemos y valoremos todas las
experiencias que lo permitieron.
Aprovecho
para agradecer a quienes me han acompañado este año, leyendo lo que publico,
comentando sobre los temas y haciendo parte de este camino en el cual mucho he
aprendido. Gracias, gracias, gracias.
Comentarios
Publicar un comentario